Seguro que has oído hablar muchas veces de las 3 R, pero ¿conoces realmente en qué consiste esta regla y cómo se utiliza?
Si hablamos de medio ambiente, la regla de las 3R es una propuesta de modificación de nuestros hábitos de consumo. A modo resumido podríamos decir que alude a un consumo responsable y a la gestión de nuestros residuos materiales.
Las 3 R significan:
Reducir.
La primera de las R se refiere a la necesidad de evitar lo máximo posible la generación de residuos en nuestro día a día. ¿Cómo? Mediante un consumo menos voraz y más responsable. Se trata de combatir el espíritu consumista al que nos empuja cada vez más la sociedad.
¡Te ponemos un ejemplo! Y lo aplicamos a Fruiwa. Si evitas comprar botellas y más botellas de plástico en el supermercado y apuestas por Fruiwa y tu botella de vidrio, habrás reducido una gran cantidad de residuo. Toca ser consciente de lo superfluo y valorar lo que realmente necesitamos como primera necesidad de forma diaria.
Pero no solo se trata de generar menos residuo, sino que también podemos realizar pequeñas GRANDES acciones que ayudarán a reducir como:
- Reduciendo energía. Evitando dejar las luces encendidas, apagando aparatos que no estén en uso y empleando los electrodomésticos en su justa medida.
- Material de un único uso. Embalajes, bolsas plásticas, vasos y platos de plástico…
- Gases contaminantes. Más transporte público y menos uso individual del coche.
Reutilizar.
La reutilización la vinculamos a una vida, cuanto más larga, mejor de todos los materiales y aparatos que en general utilizamos, antes de que llegue la hora de deshacernos de ellos y volver a iniciar el ciclo de comprar, usar, tirar. Una de las R que muchas veces menos atención recibe y le dedicamos y es igualmente importante para un consumo responsable.
Reciclar.
Fácil: tarea que consiste en el proceso de someter los materiales a una técnica de transformación con el fin de volver a utilizarlos. De esta forma conseguimos reducir de forma significativa el uso de nuevos materiales y con ello, reducimos también la basura.
Es quizás la que supone mayores esfuerzos y los expertos coinciden en que debería ser la última opción y apostar primero, siempre que se pueda, por las dos primeras R. El reciclaje consume recursos para llevar a cabo su proceso y además hay materiales que, aunque terminen por ejemplo en el contenedor amarillo, no siempre acaban siendo reciclados.
En resumen, los beneficios de implantar las 3 R en tu vida son más que evidentes y lo notaremos en la reducción de la huella ecológica en nuestra civilización. Pero no solo eso, sino que también te aportará beneficios del tipo económico porque reducirás gastos superfluos.
¿Qué te parece? ¿Te unes al cambio con nosotros?